viernes, 21 de enero de 2011
Agualuna
martes, 18 de enero de 2011
ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE RUDYARD KIPLING
Hoy martes 18 de enero se celebra el 75 aniversario de la muerte de Rudyard Kipling, premio Nobel de la literatura en 1907 y autor de grandes obras como Capitanes intrépidos.
Rudyard Kipling (Bombay, 1865-Londres, 1936) cultivó la novela, los cuentos y la poesía. Estudió en Inglaterra aunque volvió a su India natal como periodista. Pronto se hizo muy popular por sus recopilaciones de cuentos, como Cuentos de las colinas (1888, que incluye El hombre que pudo ser rey), y más tarde por la colección de poesías Baladas de barracón (1892, entre los que destacan los poemas Gunga Din y Mandalay). Durante su estancia en Estados Unidos publicó las obras que le consagraron como autor de referencia (La luz que se apaga, 1890; los dos Libros de la selva, 1894-1895; Capitanes intrépidos, 1897 y Kim, 1901) que desembocaron en el premio Nobel que le fue concedido en 1907.
Un pequeño gran héroe se convierte en símbolo de la lucha por la superación del ser humano.
La obra narra las peripecias de Harvey Cheyne, un niño malcriado e hijo de un multimillonario, que, tras caer al mar desde la cubierta de un lujoso vapor, es recogido por un barco de pescadores. Relato también de iniciación, 'Capitanes intrépidos' muestra en su más alto grado la destreza narrativa y el talento literario del autor de 'El libro de la selva'.
jueves, 13 de enero de 2011
Me basta así (Ángel González)
Si yo fuese dios
y tuviese el secreto,
haría
un ser exacto a ti:
lo probaría
( a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor; y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
-de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso-:
entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía de sombras y pereza
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves y dejas
abandonado cuando - luego-callas ...
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones:existes
Creo en ti.
Eres.
Me basta)